¿Sabes cuáles son los beneficios físicos y psicológicos de tener un animal a tu lado?
El uso de animales tales como aves, conejos, gatos, perros, caballos, ovejas e incluso peces como elementos de soporte para el tratamiento de afecciones corporales y mentales no son nuevo, ya en 1953, el médico B.M. Levinson formuló las bases de la terapia asistida por animales, publicando su libro ¨The dog as a co-therapist¨ tras comprobar los beneficios de su perro en uno de sus pacientes mientras lo atendía.
La terapia asistida por animales se basa en la introducción de una variedad de animales como coterapeutas, con el objetivo de estimular a los pacientes y lograr en ellos cambios positivos a nivel cognitivo, físico, social y emocional.
Al emplear animales como parte de un tratamiento, se ha evidenciado que su participación dentro de distintos programas de terapia es totalmente favorable, esto es evidente en casos donde existen problemas psicológicos relacionados con las emociones, tales como ansiedad, estrés, depresión y baja autoestima.
Uno de los ejemplos más comunes de la terapia asistida con animales implica el uso de perros u otros animales de compañía para animar a personas que atraviesan situaciones adversas o pacientes que están en un centro de salud, un hogar de ancianos u hospital.
Países como Italia, España, Alemania, Estados Unidos y Canadá han sido pioneros en la implantación de este tipo de terapias que actualmente están siendo acogidas con mucho entusiasmo en Latinoamérica y han tomado gran impulso como alternativa a los tratamientos convencionales.
Canoterapia, el perro como coterapeuta
La canoterapia o la terapia asistida por perros, tiene una gran acogida ya que el perro, por sus características, es uno de los animales más apropiados para este tipo de terapias. Como coterapeuta, se convierte en un compañero de trabajo que colabora con el profesional para lograr un mismo fin: conseguir que el enfermo no rechace la terapia, ayudándolo así a mejorar en el menor tiempo posible.
En la canoterapia, los perros se convierten en un punto de interés y orientación fundamental para el tratamiento. Pero además, la presencia de estos animales ayuda a disipar el estrés y la ansiedad, así como mejorar el estado de ánimo. Esto conlleva a que el paciente se relaje, obteniendo mejores resultados en cada sesión y creando un ambiente distendido. La incondicionalidad de los perros genera confianza, algo especialmente valioso en personas con problemas de aceptación, y es clave en el tratamiento con niños y adultos mayores.
Efectos sobre la salud
“Entre los múltiples beneficios que el empleo de la canoterapia tiene sobre la salud se destacan:
- Reducción del estrés y presión arterial
- Mejora la salud mental
- Mejoría en el funcionamiento social-interpersonal
- Impacto psicológico altamente positivo
- Favorece la empatía entre las personas
- Fomenta la interacción social y la colaboración
Perros de Servicio vs. Perros de Terapia
Los perros de servicio son perros entrenados individualmente para ayudar específicamente a personas con distintos tipos de discapacidad, incluyendo una discapacidad física, sensorial, psiquiátrica, intelectual, u otro tipo de discapacidad mental. Estos perros de servicio están protegidos por la ley y se les permite el acceso a todas las áreas de empresas públicas y privadas.
Los perros de terapia son perros que con su presencia ofrecen oportunidades para la motivación, educación, o recreación para mejorar la calidad de vida en las personas. De igual manera están entrenados para proporcionar el contacto apropiado con ellos, aumentando la ganancia terapéutica de poblaciones específicas.
Experiencia personal
He estado al frente del criadero Von der Lore durante los últimos 18 años. Desde la perspectiva de criadora de perros de la raza Pastor Alemán he podido apreciar la versatilidad de esta raza, pude ver que nuestros perros aparte de brindarnos tan grandes satisfacciones en competencias tanto en mi país como en el exterior, también nos brindan su amor incondicional, y sobre todo esas ganas inmensas de siempre querer trabajar y agradarnos. Como en toda camada, conforme los cachorros van creciendo, uno puede ver si hay algún ejemplar con mayor predisposición para estar dentro de un programa de terapia asistida, dependiendo de su carácter y temperamento. Fue entonces, que mis ganas de hacer una diferencia en la sociedad empezaron con un nuevo planteamiento, introducir un nuevo concepto de cómo tratar y respetar a nuestros perros.
En el año 2014 decidí incursionar en el área de terapia asistida por animales. En un principio me informé a través de recursos disponibles en internet y publicaciones especializadas, pero la complejidad del tema me llevó a buscar una opción más formal. Fue así que di con un centro especializado en formación de expertos y técnicos en terapia asistida animal, el Animal Behavior Institute ubicado en Carolina del Norte, Estados Unidos. De manera complementaria he tenido la oportunidad de viajar a países como México, República Dominicana, Chile, Colombia y he sido testigo de cómo el perro está siendo introducido como tratamiento alternativo a métodos tradicionales con resultados sorprendentes en hospitales, centros escolares, geriátricos, reclusorios, bibliotecas y en la mejoría de la calidad de vida de las personas.
Para poner en práctica lo visto y aprendido, fundé el programa Narices Cálidas que opera en mi ciudad natal, Quito, Ecuador. El programa en mención, se basa en canoterapia, y hemos empezado a introducir la terapias asistidas por perros a los programas integrales de intervención terapéutica, ofreciendo todo nuestro conocimiento y entusiasmo al planificar nuestros programas de intervención. Ofrecemos servicios tanto de Terapia como Educación y Asistencia. Actualmente Narices Cálidas ayuda a los niños a desarrollar habilidades de lectura bajo el oído atento de su compañero canino.
Para mí, el perro de terapia no es un instrumento de trabajo. Para mí, es un miembro más de mi familia, un amigo fiel con el que además de compartir nuestro día a día, comparto también sesiones de trabajo con personas que lo necesitan.
AUTORA: Lorena Pazmiño Horra