Escrito por: Rocío Guevara
ARTICULO.- Netflix ha venido a revolucionar la vida de los amantes de películas o series, siendo yo una de ellas me he paseado por mundos inimaginables desde la realeza en España, Francia, Inglaterra, entre otras, así cómo viajar virtualmente hasta Japón, Turquía o la India.
Comienzo un viaje turco paseándome por todas las series y películas producidas en Turquía, en su mayoría filmadas en el Estambul moderno, aunque manteniendo su historia antigua, mostrando sus bellezas naturales, los monumentos icónicos que todo turista debe visitar y el imponente Bósforo que hace que uno quiera navegar por su caudal o pasear por su orilla.
Pero lo más destacado para alguien a quien le gusta la protección animal, es ver durante los 60-70 capítulos de la serie muchos gatos (perros en muy pocas ocasiones aparecen), comiendo en la puerta de una casa, durmiendo en el jardín del vecino, o caminando entre las personas en un café, siendo parte del paisaje y disfrutando de la vida cotidiana de la ciudad.
Esto me motivó a realizar una investigación documental y cuál no sería mi sorpresa lo que descubrí de Turquía y específicamente del gobierno de Estambul y el manejo de los gatos callejeros.
Lo primero es pasearse un poco por la historia, en relación a los perros callejeros.
Ésta vinculación ha adquirido un carácter tan único que ha llegado hasta la literatura.
El escritor francés Joseph Pitton de Tournefort detalló en sus novelas en el siglo XVII cómo algunos carniceros de Estambul vendían un tipo de carne destinada a alimentar a los perros de la calle.
Para finales del siglo XIX, el sultán otomano Abdülaziz (1830-1876) decretó que los perros debían ser capturados y deportados a Sivriada, una isla cerca de Estambul en el Mar de Mármara.
Algunas décadas más tarde, en 1911, el gobernador de Estambul liberó los animales, que posteriormente fueron repoblando la ciudad, y desde entonces cualquier otro intento de reducirlos o eliminarlos es visto como una atrocidad por sus habitantes.
En la actualidad, los expertos creen que unos 100.000 perros viven en las calles de Estambul, una ciudad de unos 20 millones de habitantes. La mayoría han sido vacunados y llevan un dispositivo electrónico que registra su historial.
En los últimos siete años, el gobierno turco ha gastado unos 19 millones de liras turcas (unos 3 millones de euros) en el registro y vacunación de perros, así como la castración y protección de gatos. (Fuente: enero2018)
Así mismo existen expendedores de alimentos para perros, de forma sencilla se reciclan botellas de agua plásticas por comida para ellos.
https://www.youtube.com/watch?v=XOY3uiwfnSU
Si los perros pueblan las calles de varios barrios de Estambul, aun asi los gatos serían los "reyes" indiscutibles de la ciudad.
Se cree que más de 125.000 felinos viven en la ciudad del Bósforo, bien alimentados y cuidados por los vecinos.
Para 2016 se produce el documental Kedi (Gatos de Estambul) y se estrena en el cine el 21 de julio de 2017, cuya directora Ceydan Torun nació y creció allí en los ochenta hasta que se marchó con 11 años. Y décadas después lo que sigue recordando son esos gatos callejeros que le hacían compañía de niña.
Ceyda Torun y su director de fotografía, Charlie Wuppermann, se pasaron dos meses siguiendo a gatos por la ciudad. Les rodaron con cámaras que colocaban a su altura, para descubrir otra ciudad, la que se ve desde los pies de los humanos.
Los grabaron con drones para ver sus paseos por cornisas y sus siestas en toldos. Les siguieron por agujeros que pasan desapercibidos a nuestros ojos y por las noches cuando muchos se convierten en cazadores de ratones. Y de todo el material que sacaron, decidieron seguir a siete gatos, con personalidades muy distintas e historias geniales que dicen mucho de la ciudad.
Si deseas ver el tráiler https://www.filmin.es/pelicula/kedi-gatos-de-estambul y si quieres conocerlos síguelos por @cat.gato.kedi.istanbul