SANTO DOMINGO.- NLos apicultores de República Dominicana pudieron colectar en el primer semestre de este año 277,228 kilogramos de miel, de la que sólo exportaron en los dos primeros meses 34,704 kilogramos, según estimaciones oficiales.
Aunque son cifras incompletas respecto al volumen real de miel colectada, por la informalidad en que se desarrolla la actividad, los simples datos oficiales sugieren que solo se sacó del país un 15.2% del inventario disponible y dejaron en para el consumo local el 84.8%.
Los apicultores ralentizaron su faena debido a la cuarentena impuesta por el Gobierno para mantener el distanciamiento físico y el aislamiento social en medio de la emergencia sanitaria de la pandemia del covid-19. Hasta el 22 de julio, la enfermedad afectó en el país a 57,615 personas, con 1,006 fallecidos, desde el 1 de marzo, cuando se registró oficialmente en suelo dominicano el primer caso del coronavirus detectado en Wuhan, China, con el diagnóstico de un turista italiano.
Con ese telón de fondo, pocos se sorprendieron de que decenas de asociaciones de apicultores rechazaran de inmediato un comunicado en el que dos empresas comercializadoras pedían al gobierno de Danilo Medina, quien agota sus últimos días en la Presidencia, que autorizara la entrada de miel importada para suplir una supuesta escasez en el mercado.
“Desmentimos las afirmaciones hechas por las empresas Miel Del Campo y Miel Cohen, representadas por José Paiewonsky e hijos y Apiarios Don Luis, haciendo de conocimiento que las empresas infrascritas al presente comunicado cuentan actualmente con producción suficiente para comercializar y abastecer de miel no adulterada los negocios y comercios en el territorio nacional”, indicaron en un documento más de 20 organizaciones de apicultores.
El comunicado de rechazo se difundió bajo la firma de organizaciones de colectores de Dajabón, San Pedro de Macorís, Guerra (Santo Domingo), Cotuí, Puerto Plata, San Cristóbal, Villa Altagracia, María Trinidad Sánchez, Azua, así como por el Clúster Apícola Dominicano y el Consorcio Ambiental Dominicano.
Los apicultores de todo el país temen que una importación de miel presione al establecimiento de precios que resulten pocos competitivos para los colectores locales, pero, sobre todo, que puedan entrar enfermedades que den al traste con el sector.
“Algo importante por la cual importar miel sería ‘lo último’, es porque gozamos de un estatus sanitario libre de enfermedades graves, como la Loque americana, que puede venir en la miel u otros productos de la colmena, así como otras plagas”, advierte Niyra Castillo, encargada de la División Apícola de la Dirección General de Ganadería (Digega), del Ministerio de Agricultura.
Castillo insiste en que una importación de miel constituye “un riesgo sanitario y una competencia desleal”.
Recuerda que la mayoría de los apicultores dominicanos pertenecen a una clase social de bajos ingresos que recibe poco apoyo estatal, al tiempo que el cambio climático y la deforestación afectan su producción, sobre todo a la de los que operan en el bosque seco.
Castillo, quien también funge como encargada de la División Enfermedades de las Abejas de la División Apícola de la Digega, insiste, además, en que el marco jurídico dominicano impide la importación de miel, mediante la Resolución 04/2006, en sus Artículos 8 al 11.
El sistema de trazabilidad apícola del Ministerio de Agricultura registraba, al 21 mayo 2019, un total de 1,277 apicultores, con 1,509 apiarios. También, siete plantas de procesamiento miel y una sala de extracción.
Al 14 de julio de este año el número de apicultores registrados había subido a 1,418 y los apiarios a 1,653, aunque estima que las cifras no alcanzan ni el 40% del total.
“En la Actualidad se estiman 100,000 colmenas”, según Agricultura, entidad que reconoce que su desarrollo se limita por el impacto de la sequía de los últimos.
Explica que las colmenas albergan abejas Apis mellifera, un ecotipo híbrido de italiana y holandesa, que permiten la obtención de miel, cera, polen y material vivo.
De acuerdo con las cifras oficiales, en 2016 se exportaron 557,456 kilogramos de miel por un valor de US$1,079,685, a destinos como Puerto Rico, St. Marteen, Estados Unidos, Curazao, Martinica, Aruba e Islas Vírgenes.
Para 2019, un año afectado por la sequía, las exportaciones de miel pura, basadas en los Certificados de No Objeción, bajaron a 233,930 kilogramos, por un valor de US$594,807, sobre todo a destinos como Puerto Rico, Estados Unidos (Miami, New York) y Martinica.
Fuente: El Dinero